Actividad Nº 3 |
Una vez leídos los fragmentos, trabajando en forma grupal, establecer
las principales características de las formas de explicación utilizadas en cada texto.
La teoría del Big Bang
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En
cosmología, se llama teoría del Big Bang
o teoría de la gran explosión a
un modelo dentro de la teoría de la relatividad general que describe como se
inició el universo. El término Big Bang se
utiliza tanto para referirse específicamente al momento en el que comenzó la
expansión observable del universo, como en un sentido más general para
referirse al paradigma cosmológico que explica el origen y la evolución del mismo.
La concepción tradicional del Big Bang sugiere que el universo emergió de
una “singularidad”, esto es, un estado de densidad de energía “infinita” donde
todas las leyes de la física conocidas para el espacio y el tiempo dejan de ser
válidas. A partir de la inmensa energía de ese estado inicial, se habrían
formado las partículas más elementales (como los electrones y los quarks). En
un tiempo muy breve, ese estado del universo estaría dotado de una temperatura
mayor que unos mil billones de billones de grados centígrados. A partir de allí
es cuando tienen aplicación las leyes (de la relatividad general) que describen
al universo como una nueva entidad cambiante conformada por materia y energía.
A aquella inimaginable concentración de energía le sigue una incesante
expansión y disminución de la temperatura y cuando ésta desciende hasta los mil
billones de grados aparecen diferenciadas las distintas fuerzas elementales: la
gravitacional, la fuerte, la débil y la electromagnética. Los quarks forman
partículas más complejas como son los protones y neutrones. En el principio,
materia y “antimateria” están presentes en las
mismas proporciones y se aniquilan, pero por alguna razón, queda una
“pequeña” cantidad extra de materia que conformará todo el universo que conocemos.
El primitivo universo se sigue enfriando y expandiendo, con unos mil
millones de grados se logran formar los primeros núcleos de hidrógeno y helio,
apenas han pasado algunos segundos desde el instante primordial. Luego, cuando
la temperatura ha descendido drásticamente a algunos cuantos miles de grados
centígrados, nacen los primeros átomos de la materia neutra, con la
incorporación de los electrones a los anteriores núcleos. En esta etapa, el
joven universo cuenta con unos 400.000 años. La mutua interacción gravitatoria
hace que la materia se aglutine cada vez más y tras millones de años se van
conformando las estructuras actuales del universo, prevaleciendo grandes
agrupamientos denominados galaxias. Se produce la combustión nuclear en las
estrellas y, planetas como la Tierra, restos de aquellas primeras formaciones,
quedarán atrapados en una danza eterna en torno a sus estrellas. El universo, como un todo, 14.000 millones de años después,
continúa expandiéndose y tal vez, continuará haciéndolo por toda la eternidad.
Una observación clave que sugirió que el universo podría estar
expandiéndose fue la realizada en 1920 por el astrónomo Edwin Hubble. Sus
observaciones permitieron saber que sistemas como galaxias y cúmulos se
extendían mucho más allá de nuestra vecindad cósmica. Por otro lado, descubrió
un efecto en la radiación que nos llega de las lejanas galaxias, denominado
“corrimiento al rojo” que es compatible con un universo en expansión.
Otro fenómeno, particularmente clave, fue el descubrimiento en 1964 de la
denominada “radiación de fondo” por parte de los radioastrónomos A. Penzías y
R. Wilson. Esta radiación fue predicha usando el modelo de un universo con un
origen extremadamente caliente como propone el del Big Bang. Hoy en día se tiene consenso casi total sobre este
modelo en la comunidad científica.
La Biblia
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El libro del Génesis
relata la historia de la creación por obra de Dios, la creación de Adán
y Eva en el huerto del Edén, y la caída de ambos en desgracia por comer del
fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal; la cruenta historia de
celos y muerte de sus dos primeros hijos, Caín y Abel; la aparición de tribus y
razas y el desarrollo de los pueblos; la historia de la Torre de Babel, y la
del diluvio que Yaveh (Dios) trajo al
mundo para borrar el pecado y dar otra oportunidad a la humanidad: la historia
del arca de Noé.
El Génesis es un libro religioso. Los once primeros
capítulos del Génesis merecen ser considerados aparte del resto: describen en
una forma popular el origen y creación del mundo, el Hombre y la vida en
general. Leamos algunos fragmentos:
En el principio, cuando Dios creó
los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en la tierra. Las
tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la
superficie de las aguas. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.
Dios llamó a la luz "Día" y a las tinieblas
"Noche". Atardeció y amaneció: fue el día Primero.
Dijo Dios: «Haya una bóveda en
medio de las aguas, para que separe unas aguas de las otras.» Dios llamó a esta
bóveda "Cielo". Y atardeció y amaneció: fue el día Segundo.
Dijo Dios: «Júntense las aguas de
debajo de los cielos en un solo depósito, y aparezca el suelo seco.» Y así fue.
Dios llamó al suelo seco
"Tierra" y al depósito de las aguas "Mares". Y vio Dios que
esto era bueno…. Dijo Dios: «Haya lámparas en el cielo que separen el día de la
noche, que sirvan para señalar las fiestas, los días y los años y que brillen
en el firmamento para iluminar la tierra.» Y así sucedió.
Hizo, pues, Dios dos grandes
lámparas: la más grande para presidir el día y la más chica para presidir la
noche, e hizo también las estrellas.
Dios las colocó en lo alto de los cielos para iluminar la tierra,
La teoría de Darwin |
El origen de las especies o más exactamente El origen de las especies mediante la selección natural o la
conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida es un libro escrito por Charles Darwin (1809
-1882).
En él, expuso por primera vez sus ideas sobre la selección natural y la teoría
de la evolución. Esta obra es un trabajo fundamental dentro de la historia de
la ciencia y la biología. Darwin argumenta largamente su teoría sobre cómo los organismos evolucionan gradualmente por medio de la selección natural,
presentando evidencias de su teoría acumuladas en su viaje en el barco HMS
Beagle en los años 1831-1836.
Un abordaje epistemológico al darwinismo, al determinismo
biológico y la eugenesia
Héctor Palma – UNSAM
Resulta importante señalar que Darwin (al igual que Lamarck), a decir
verdad, no utilizó en El Origen la palabra 'evolución' para designar al cambio
orgánico, sino que se refería a éste como "descendencia con
modificación". El término 'evolución' se encontraba muy ligado a las
nociones de progreso, finalidad y pasos predeterminados, tres conceptos que no
aparecen en la teoría darwiniana.
Fue utilizado en relación con la biología por
Albrecht von Haller (1708-1777) para hablar de embriología, es decir el estudio
de los pasos, perfectamente ordenados y predeterminados en los cuales se
desarrollan los seres vivos. Sin embargo, fue introducido por primera vez con
su sentido moderno por Lyell en 1832 para discutir las ideas de Lamarck, pero,
como decíamos, en ese periodo el concepto de 'evolución' estaba directamente
ligado a la idea de cambio progresivo, concepción criticada por el darwinismo.
Como dice S. J. Gould en su libro La vida maravillosa: "La evolución, para
los profesionales, es la adaptación a ambientes cambiantes, no progreso".
La idea de 'progreso' tan cara a los ideales de la Ilustración conlleva la idea
de 'mejoramiento', sea lo que fuere que se considere tal mejoramiento.
Por lo tanto lleva implícito un aspecto teleológico,
pues sólo se puede hablar de progreso en la medida que se sabe de antemano cuál
es la meta o, por lo menos, en qué dirección se 'avanza'.
La hipótesis básica de Darwin, sostiene que las
especies cambian, debido a que los individuos tienen descendencia con
modificación. Pero afirmar que las especies evolucionan no significa tan sólo
que cambian, sino que las especies actuales derivan de otras antecesoras,
algunas de las cuales (la mayoría) han desaparecido, hasta llegar quizá, si se
retrocediera lo suficiente en el tiempo, a un único antepasado común para todos
los seres vivos.
Se puede entender la idea que Darwin tiene sobre la
evolución apelando a la metáfora del árbol de la vida. Según esta idea, las
diferentes especies que ahora pueblan la Tierra tienen antepasados comunes. Los
seres humanos y los chimpancés, por ejemplo, derivan de un antepasado común.
La forma particular en que Darwin concibe el árbol de
la vida, que podríamos denominar la versión fuerte del mismo, es que hay un
solo árbol para la vida terrestre. Esto significa que dados cualquier par de
especies actuales, hay otra especie que es su antepasado común. En este sentido
los humanos no sólo se encuentran relacionados con los chimpancés, sino también
con los otros animales y si se va lo suficientemente atrás en el tiempo,
también lo está con los vegetales.
El Mito Maya: El Popol Vuh
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Los
fragmentos siguientes pertenecen al Popol
Vuh. Relata la inexistencia del mundo hasta que el creador y formador decidió
generar la vida.
La intención era que sus propias creaciones le pudieran
Primero crearon la Tierra, después los animales y, finalmente, los hombres. Éstos fueron inicialmente hechos de barro, pero como el intento fracasó, el Gran creador y formador decidió extraerlos de la madera. No obstante, los nuevos hombres eran altivos, vanidosos y frívolos, por lo que el Gran Padre los aniquiló por medio de un diluvio. Pese a este suceso el creador no desistió y en una última tentativa creó a los hombres a partir de granos de maíz molidos y de los cuerpos de aquellos a cuatro mujeres. Una vez constituidas otras tantas familias, el creador y formador, temeroso de que a sus criaturas pudiera tentarlas la idea de suplantarlos en sabiduría, disminuyó la vista e inteligencia de ellos.
Ésta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en
silencio; todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo.
Ésta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un
hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas,
barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el
cielo en toda su extensión. No había nada junto, que hiciera ruido, ni cosa
alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido en el cielo. No había
nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y
tranquilo. No había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo
el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua
rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules.
-¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe
el espacio, que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare, que
amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en nuestra
creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado.
Así dijeron.
Luego la
tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra:
- ¡Tierra!,
dijeron, y al instante fue hecha.
Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación,
cuando surgieron del agua las montañas; y al instante crecieron las montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación
de las montañas y los valles; y al
instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.